martes, 12 de agosto de 2008

Cambio con Amor


CAMBIO CON AMOR


El amor y la compasión son necesidades, no lujos.
Sin ellos la humanidad no puede sobrevivir - Dalai Lama

Hace años que deseo escribir una obra seria, científica, bien documentada, que refuta la esencia misma de este absurdo, violento, horrible y criminal ideología, que bajos distintos nombres, ha cobrado tantas millones de vidas y ha sembrado al planeta, de un extremo a otro sin excepción, de luto, desgracia y dolor.

Pero hasta hoy no he podido hacerlo, pero el tiempo pasa, la historia corre, Bolivia cambia y ya no puedo quedarme callado.

No se trata de defender a otra ideología ni de argumentar que otro paradigma político y económico es superior.

El concepto de fondo es tan pero tan simple y a la vez tan esencial y que exige tan intensamente salir a la luz que trataré de expresarlo de la forma mas corta y pura posible – ojala pueda.

Hace unos 160 años, si creo que fue 1848 para ser preciso, un tal señor Marx escribió algunas cosas que le dieron bastante fama, y que desde entonces, han influido profundamente en la evolución de naciones en todo el planeta, mas para bien que para mal en mi opinión.

Entre las principales ideas del Sr. Marx, quién siempre me pareció ser un alemán demasiado aburrido, serio, duro y de mal carácter para su propio bien y para el bien del mundo, esta la idea central de la lucha de clases.

No de la colaboración, el encuentro, la sinergia, la competencia, o el esfuerzo mancomunado entre hombres y mujeres, sino de lucha. Y no de la “lucha” cursi que tantos intelectuales y curas bolivianos, latinoamericanos y tercermundistas de los EEUU y de Europa han pregonado tan cómodamente desde sus universidades y pulpitos de clase media alto o bajo. No, no esa lucha, sino la de Pol Pot, Stalin y Mao, de Kruschev y Lenin, de Trotsky y del Che, de Fidel, de Marulanda y Reyes y de otros tantos asesinos, bribiones y maleantes responsables de manera directa o indirecta de la muerte, el asesinato, la tortura, la violación, la desaparición no de miles sino de millones, de decenas de millones, de seres humanos.

Porfavor. El papel no habla. El papel no se estremece, no grita con un tono tan desgarrador que te pueda destruir el alma, dejándote mas allá de la desesperación, absolutamente vació, muerto en vida. El papel no te mancha las manos con sangra, no te abre las tripas, no te asesina con una bala en la nuca, no te saca los ojos ni te mata lentamente de hambre ni te destierra a campos de concentración o de trabajo forzado.

Por esto, te pido, por favor, escucha intensamente a las millones de voces silenciadas que flotan, si las quieres ver, como fantasmas detrás de este papel y de tantos otros papeles… Escucha cuidadosamente, aunque solamente por unos minutos, mejor si por unas horas, días o semanas.

Escucha atentamente al papel, mejor aun, busca archivos multimedia en video, televisión e Internet para ver el verdadero significado e impacto de esta maldita y nefasta idea de la “lucha de clases” – en fotos, en video, con sonido… escucha la historia real, manchada de más dolor, mas tortura, más muerte que probablemente cualquier otro fenómeno humano.

No soy perito en el tema pero en mi entender, ni las guerras religiosas, ni los avances tecnológicos mas macabros de la humanidad han causado tanto daño como esta sencilla, terrible idea manchada de tanta sangre. Es difícil para mi, muy difícil, creer que a Marx le inspiraba mas el amor que el dolor, que lo motivaba mas encontrar formulas para lograr mayor felicidad y bienestar para otros seres humanos que el odio, la rabia y el dolor de buscar venganza y buscar culpables por frustraciones, rabias, dolores y horrores que el no supo procesar en la esencia misma de su propio ser.

Pero me alargo, y me dejo distraer justamente con esa misma energía de horror, terror y dolor y este no es el propósito de este ensayo.

Al contrario, precisamente al contrario, postulo para Bolivia, para América Latina y para el mundo, no más confrontación, dolor o muerte construida sobre una idea tan maldita y nefasta como la de la lucha de clases.

¡No, no y no! ¡No más lucha de clases! ¡No mas “ismos”, especialmente derivados del marxismo – leninismos, maoísmos, estalinismo, senderismo, guevarismo, o socialismos, sean de antes o de ahora, del siglo 21, de Fidel o de Chávez o de quien sea! ¡No, no y no! ¡No mas lucha de clases – sea entre empresarios y proletarios, o como quiere nuestro propio García Linera, entre terratenientes e indígenas. ¡No!

Queridos hermanos bolivianos, empresarios, campesinos y demás – no caigan en la trampa de García Linera, de Evo, de Chávez y de los autoproclamados socialistas del siglo XXI o socialistas indigenistas. La historia ya ha demostrado que no se logra mayor desarrollo, felicidad y bienestar para todo un pueblo mediante la lucha de clases. Las experiencias de tantos países – cerca de casa Perú, Guatemala, Nicaragua, El Salvador, Cuba, Chile, Uruguay, Argentina – han demostrado muy claramente que no es a través de la lucha de clases, menos con tanto terror y sangre como la que derramaron los distintos socialistas, que crece y se beneficia un pueblo. De ser así – que lo demuestren con fotos, entrevistas, hechos, estadísticas todos los defensores del susodicho camino-a-la-felicidad-vía-la-muerte. ¡Ojo, sin trampas, hipocresías, y mentiras de las cuales son tan maestros!

El ser humano que desea puede investigar, leer, mejor aun, viajar por todo el mundo para conocer en sangre propia lo que realmente ha pasado en todas, absolutamente todas, las naciones que han sufrido el terrible azote de intelectuales, políticos y poblaciones enteras contagiadas por imperdonables y bastardas ideas como ser -- Que el fin justifica los medios, que el bien se logra con el mal, que la felicidad de unos se logra castigando, matando y torturando a otros, que los hijos de una clase social son mas merecedoras de un destino histórico predeterminado (falso además) que los de otra clase, quienes deben morir o ver a sus padres morir o desaparecer en campos de concentración (como demostró claramente Solzhenitsyn que acaba de ser irónicamente honrado por el mismo gobierno que tanto criticó).

¡Pues, no seamos tan ciegos, insensatos, irresponsables y estúpidos en Bolivia y en América Latina! No se trata siquiera de aprender mucha historia ni siquiera de tener un poquito mas de criterio para saber diferenciar propaganda y marketing político multimillonario de la simple verdad.

Es aun más sencillo, mucho más sencillo que eso, y tiene que ver con un retorno a la raíz misma de tanta muerte y dolor:

· ¿Lucha de Clases o Alianza de Clases?

· ¿Muerte o Convivencia?

· ¿Destrucción o Creación?

· ¿Dolor o Felicidad?

· ¿Odio o Amor?

Es así de sencillo, realmente así de sencillo. Compañeros, amigos, hermanos, y si quieren desconocidos y hasta enemigos bolivianos, latino e iberoamericanos…

¿Para que tanto odio? ¿Para que tanta hipocresía y mentira? ¿Para que tanto enfrentamiento, para que arriesgar la violación de mujeres, la muerte y desmembramiento de niños inocentes, la tortura y desaparición de seres humanos como tú y como yo? ¿Díganme, honestamente, para que?

Para ustedes, los más machos, que tienen el corazón de piedra, que no tienen hijos, hermanos, padres, abuelos o seres amados a quienes desean proteger o cuidar – hasta para ustedes – ¿realmente desean matar o ser muertos más que amar y ser amados? ¿Realmente creen que ese es el camino para lograr mayor justicia, felicidad y paz social para más seres humanos? ¿Realmente creen que se logra mas bien haciendo el mal que haciendo el bien? ¿De donde tanto desprecio, tanto miedo, frustración y dolor?

¿Por qué buscar el bienestar y la felicidad de algunos en la lucha de clases?

Si, en la lucha, en la lucha que es guerra, que es violencia, que es sangre, tortura, violación y dolor, en la lucha que es grito, desesperación, confrontación e incomprensión, en la lucha que es la destrucción de lo mas bueno, noble, virtuoso y sagrado en el ser humano y en la vida misma -- incluyendo en la esencia de tu propia vida, tu político, ideólogo, intelectual o activista defensor de un socialismo con historia de decenas de millones de muertos y mares de mares de sangre?

Tú, que me lees, que tal vez sientes furia contra mi -- ¿porque sentir tanto dolor? ¿No es acaso, mas hermoso, mas bueno y puro, el amor?

¿Si tienes hijos, o algún niño al que conoces y al que aprecias, admiras o amas, si hay una mujer o compañero en tu vida al que amas, si alguna vez sentiste amor por tus padres o abuelos o una tía o un amigo querido, si alguna vez te maravillaste ante algo hermoso y bueno, como puedes, entonces, querido amigo, querido estudiante, o profesor o intelectual, o peor, cura, amigo de Dios, hablar de la lucha de clases, con toda su sangre y toda su violencia y destrucción, como un mejor camino para lograr mayor justicia, solidaridad, felicidad y bienestar?

¡Pero por favor! ¿¡En que mundo vivimos!? ¿¡Donde esta el sentido común mas básico!? ¿Cómo no entender que el odio engendra odio, la venganza mas venganza, la muerte aún mas muerte – hasta que son agotadas por la devastación total o interrumpidas por sus contrarios – tolerancia, perdón, comprensión, y sobre todo, amor…

El amor es el camino. El amor de clases, no la lucha de clases.

El amor entre hermanos, entre vecinos, entre etnias y razas, entre quechuas y aimaras, entre guaraníes, chapacos, benianos, cochalas, entre cambas y kollas, entre regiones, entre el campo y la ciudad, el amor, la tolerancia, la comprensión y el encuentro entre obreros y empresarios, entre aquellos de poncho y los otros de jean, entre las de pollera y los otros de corbata.

¡El amor, el amor, el amor! Entre latinoamericanos, entre bolivianos, cubanos, colombianos y venezolanos.

Estimados amigos, socialistas del siglo XXI. Estimados intelectuales e ideólogos, guerrilleros y aspirantes a la lucha armada. Estimados admiradores de Fidel, Chávez, Morales y García Linera -- la muerte es un punto final y no trae más felicidad. Trae tristeza y desgracia. La lucha entre seres humanos, con rifle y bala, machete y palo, helicóptero y bombas, no tiene nada de hermoso, noble o bueno. Si lo es -- ¡los que pregonan este método de cambio social deberían ser los primeros en enlistarse para matar y para morir – están ustedes dispuestos! Y aunque lo estén, quien o que cosa bajo este cielo de Dios les da el derecho de decidir a quien mandar a quitar la vida a otro ser humano, o peor, a quien quitarle la vida y a quien no? ¿Quién les da esa seguridad de poder jugar a Dios con la vida de otros seres humanos a quienes ni siquiera han visto o quienes ni siquiera han hablado? ¿Qué les da tanta confianza como para decidir matar, torturar, o violar o los hijos de otros ser humano – a sus padres les gustaría eso, que alguien determinara que Ustedes, por X o Z razón deben morir?

¿Se dan cuenta? Si, supongo que si se dan cuenta, del infierno que desencadenan cuando pregonan su ideología de lucha de clases, de muerte, tortura y dolor.

Obviamente algunos de ustedes tiene toda su lógica perversa y todos sus argumentos ya armados para ocultar detrás de ellas su conciencia, su integridad moral, su decencia fundamental como seres humanos – de otra manera sería imposible vivir con uno mismo.

Pero yo creo que la mayoría de los seres humanos prefieren vivir que morir, ayudar que matar y cooperar que tortura.

Para el resto de ustedes, sean adeptos del socialismo o no, les propongo – sigamos el camino del Encuentro de Clases, del Amor entre Clases, de la Cooperación entre seres humanos.

Les aseguro que no es ni mas idealista, difícil de seguir o complicado de implementar que una ideología basada en el odio, el enfrentamiento, y la muerte.

Al final del día, si lo que realmente quieren es mayor justicia, bienestar y bondad en el mundo, pues, matando y torturando a otros seres humanos y quemando y destruyendo las propiedades, negocios, tierras y ciudades en las que viven los conciudadanos no es una forma lógica de lograr dicho bienestar social o paraíso socialista.

Creo que para muchos, sino la mayoría de los verdaderos socialistas, como de todos los políticos e intelectuales decentes de este mundo, el objeto de toda actividad política, económica, cultural, mediática, social o militar es la de promover un cambio social como instrumento para lograr mayor felicidad y bienestar, especialmente para unos que están mas relegados.

Les aseguro que para aquellos que tienen esta visión y convicción, que es mucho más efectivo el Camino del Amor, el Encuentro de Clases. Dedicaré el resto de mi vida, y espero que muchos otros lo hagan también, a hacer lo que pueda de mi parte para mostrar como a través de la historia de la humanidad ha sido este el caso y lo es aun hoy en día.

Para el resto, los que no quieren entrar en esta lógica, queda claro que no les interesa ni la felicidad, ni el bienestar, ni el progreso, el desarrollo y mucho menos el bienestar material, la integridad física o la mismísima vida de cualquier ser humano, pobre o rico, socialista o no socialista, etc.., etc.. A estos les interesa otras cosas -- el poder en sí, el dinero, el poder y la política como cortina de humo para una vida criminal, delictiva, patológica o de otra manera distorsionada y vivida fuera del estado derecho y del respeto mínimo por otros seres humanos o por uno mismo, la política como forma de vida, la satisfacción perversa de una mente, psicología, ego o espíritu dañada que encuentra placer en la muerte y el dolor ajeno u otras razones peores, o al menos igual de horribles y distorsionadas. Esto, concluimos, es la fantasía de los que pregonan renovar un socialismo bañado en sangre cuando los grandes y nobles líderes de la humanidad y las culturas y países exitosas han demostrado de sobremanera que la verdadera felicidad y el verdadero bienestar de los pueblos – para todas sus clases sociales – son logradas mediante una Alianza de Clases construida sobre todas las fuerzas, energías y virtudes positivas incluyendo fe, tolerancia, confianza, respeto, bondad, generosidad, y tantas otras que no son mas, en ultima instancia, que expresiones del amor, de la misma esencia creativa de la vida y del universo.



León Galindo Stenutz
Cochabamba, 1 de Agosto, 2008



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