miércoles, 8 de septiembre de 2010

El amor es la base del proceso de cambio

El amor es la base del proceso de cambio

Dice el Sagrado Corán: "Dios es Amor (Uadud)”
- A quienes hayan creído y hecho buenas acciones
el Compasivo les dará amor".

- Sheij Abdul Karim Paz

El amor, no el odio ni el miedo, es el principio más poderoso y el mejor indicado para guiar el proceso de cambio que vivimos hoy en Bolivia y en América. El cambio social basado en el amor, en todo el sentido de la palabra, es mucho más poderoso, duradero y real. Se equivocan quienes piensan que el poder total puede ser conquistado y retenido indefinidamente mediante la violencia. El verdadero poder, el gran poder, es la que da vida, no la que quita vidas, la que construye para una eternidad y no la que destruye en un instante, la que eleva a los espíritus, corazones, mentes y cuerpos de los seres humanos y no la que reduce al hombre a chatarra física, mental y moral.

El amor, no el odio ni el miedo, es el principio más poderoso y el mejor indicado para guiar el proceso de cambio que vivimos hoy en Bolivia y en América.

Algunas personas piensan que la violencia, la amenaza, los golpes, los juicios, la cárcel, el insulto y la agresión son mecanismos muy efectivos de conquista y control del poder político, económico, social. Tienen toda la razón, y lo están demostrando de manera muy efectiva, en Irán, Venezuela y en Bolivia.

Cada vez más gente tiene cada vez mas miedo. ¿De que? De todo, de nada, por si acaso, por que sí. Funciona el totalitarismo, funciona la dictadura, funcionan el uso del amedrentamiento y de la violencia como instrumentos de poder. Hitler lo demostró, Stalin, Mao, Pol Pot, Ceucescu, Idi Amin… es relativamente fácil, una vez que se ha entendido como oprimir, una vez que se entienda que los seres humanos aman sus vidas y desean protegerse, desean evitar la maldad, prefieren por lo general agachar la cabeza a enfrentarse a aquellos que no dudan en violentar, golpear, enjuiciar, asesinar…

Sin embargo, la transformación social basada en el amor, en todo el sentido de la palabra, es mucho más poderosa, duradera y real como enseñaron y demostraron Mandela, Martín Luther King, Gandhi, Tolstoi, Teresa de Calcuta y muchos otros.

Se equivocan quienes piensan que el poder total puede ser conquistado y retenido indefinidamente mediante la violencia. Jamás puede ocurrir esto. A lo mucho la violencia del odio y el odio con violencia pueden asegurar un poder temporal construido sobre la imposición, la destrucción, la violación y la muerte.

El verdadero poder, el gran poder, es la que da vida, no la que quita vidas, la que construye para una eternidad y no la que destruye en un instante, la que eleva a los espíritus, corazones, mentes y cuerpos de los seres humanos y no la que reduce al hombre a carne magullada, a chatarra física, mental y moral.

El ser poderoso no es el que amenaza, insulta, encarcela, agrede, ataca, hiere, viola, exilia, destruye. El ser poderoso es el que ama. Aquel que genera confianza. Aquella que siempre dice la verdad. Aquel que abraza a su prójimo y ante quien los demás se sienten en paz. Aquella que abre el corazón sin miedo. El poderoso no es el criminal vestido de corbata o de abarcas, sino el hombre humilde, la mujer serena que se esfuerza por comprender, servir y amar a los demás en cada pensamiento, en cada gesto y en cada palabra, en cada acción desde que amanece hasta que se acuesta con Dios.

Algunos de los “poderosos” actuales se equivocan. La transformación de Bolivia y de América no pasa por la destrucción de vidas, familias, negocios, propiedades y esperanzas sino todo lo contrario. No pasa por un falso socialismo ni por una falsa pseudo-religión en la que se endiosa de dientes para afuera a la madre tierra, al pueblo y a todas las cosas de las cuales algunos se llenan la boca. Pasa más bien por los actos sencillos, humildes y callados de construcción de confianza, respeto, dialogo y amor.

León Galindo Stenutz
Cochabamba, 8 de septiembre, 2010

www.leongalindo.net


No hay comentarios: